Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo, de Albert Espinosa

Título: Todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo

Autor: Albert Espinosa

Editorial: Random House Mondadori

Año de publicación: 2010

Páginas: 204

ISBN: 9788425344138

Si cogí este libro de la biblioteca fue únicamente porque su título y su portada captaron mi atención y picaron mi curiosidad. Después de haberlo leído ayer por la tarde en la piscina, este libro de Albert Espinosa no sólo ha colmado mis expectativas, sino que me ha seducido poquito a poco y me ha sorprendido muy gratamente. Después de haber leído el título y el argumento, me imaginé una historia de amor. Y realmente lo es. Pero también es mucho más. Una historia de amor, muerte, sexo, sueños, pasado,  presente, futuro. Una historia de mundos y planetas que no conocemos. 

De relaciones con compañeros de trabajo, con conocidos, con desconocidos. De intensas relaciones entre padres e hijos. En definitiva, una historia de vida. Marcos se debate entre la decisión de seguir siendo normal, de seguir con su vida y su rutina actual y seguir durmiendo o sucumbir al mundo que le rodea, que le intimida y le atrapa y le invita a unirse a toda esa gente que, tras tomar un medicamento, ya nunca volverá a dormir. Pero a Marcos, aunque le cuesta, le gusta demasiado dormir y, sobre todo, soñar.

Marcos es diferente, tiene un don y, aunque no tiene muy claro si el don lo encontró a él o él encontró al don, está orgulloso de sí mismo y quiere seguir viviendo en la madrileña plaza de Santa Ana, desde donde ha visto a esa chica tan especial, con la que ha conectado tanto, la que le ha activado el don y a la que parece conocer desde hace mucho tiempo, demasiado, tanto como más de una vida. Esa chica, la del Teatro Español, la animará a tomar la decisión de seguir durmiendo y, sobre todo, de seguir viviendo.

Porque Marcos ya no quiere seguir viviendo desde que se ha enterado de que su madre acaba de morir. Quiere reunirse con ella. O, al menos, quiere que su mundo, su vida, su día a día cambien y no vuelvan a ser igual que cuando ella estaba viva. A lo largo de las páginas, Marcos recuerda los años pasados junto a su madre en hoteles de medio mundo, durmiendo con ella, bañándose con ella e, incluso, poco a poco y sin ser consciente, enamorándose de ella. 

Pero eso no es lo más importante que le dejó su madre. Ella le enseñó a ser libre, a ser auténtico y único, a olvidarse de lo que puedan pensar los demás y, sobre todo, le enseñó a vivir intensamente cada instante de la vida, a disfrutarlo y saborearlo como si fuese el último, a dejarse la piel y el alma en cada cosa que haga, a dar su amor, su cariño, sus caricias, sus besos y sus abrazos a todas las personas que comparten su día a día, a perder el miedo, a ser valiente en el amor, en la vida y en el sexo.

Pero Marcos sólo recuerda, comprende y acepta estas valiosas lecciones de su madre cuando ella ya no está a su lado. Cuando sólo le quedan su maleta, su diario, sus discos de jazz, los cuadros que él le regaló. Y junto al recuerdo de su madre, que le dobla de dolor, que le desgarra y le obliga a romper a llorar a cada instante, Marcos aprenderá todos esos preciosos consejos con la ayuda de la chica del Teatro Español y su inesperado amigo, el extraño, el extraterrestre al que todo el mundo busca, al que la policía y los medios de comunicación desean atrapar, investigar, inspeccionar e incluso, matar.

Marcos y la chica del Teatro Español no se conocen y tampoco conocen al extraño, pero se fían unos de otros, su instinto, su don, les invita a confiar, a dejarse llevar desde la plaza de Santa Ana de Madrid a la plaza Mayor de Salamanca. A guiarse a ciegas. Y por eso creen y confían en lo que les cuenta el extraño. No importa lo que pueda pensar la gente. No importa que parezcan unos locos. No importa que no sepan cuál fue su pasado ni cuál será su futuro o qué les depararán sus próximas vidas.

Porque lo único que importa es exprimir al máximo la vida que tenemos, la que nos ha tocado vivir, la que nos han dado o la que hemos elegido. La que nos brinda momentos inolvidables de inmensa felicidad y la que, tan sólo un segundo después, nos golpea duramente con tristeza, miedo, dolor, sufrimiento y desgracia. 

Porque sólo de esta forma conseguiremos atesorar esos doce recuerdos que jamás olvidaremos porque, nos guste o no, ya forman parte de nosotros, de lo que somos, de lo que mostramos a los demás, de lo que nos configura como seres humanos. Por eso Marcos, gracias a ese extraño adolescente y a su historia de amor intemporal, infinita, universal, comprende lo que de verdad vale la pena. Y por eso le dice a la chica del Teatro Español que no importa todo lo que podríamos haber sido tú y yo si no fuéramos tú y yo. Porque sí. Porque lo sabe. Porque lo siente. Porque desea que sea así.

Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.