viernes, 23 de julio de 2010

Gálvez en Euskadi, de Jorge Martínez Reverte

Publicado por Goizeder Lamariano Martín

Título: Gálvez en Euskadi
Autor: Jorge Martínez Reverte
Editorial: Punto de Lectura
Año de publicación: 1983
Páginas: 260
ISBN: 8466305440

El pasado mes de mayo leí Demasiado para Gálvez tras haber descubierto este libro de Jorge Martínez Reverte en la biblioteca. Sin embargo, cuando ayer cogí Gálvez en Euskadi de la biblioteca no fue por casualidad. Lo hice para volver a disfrutar con una lectura de Martínez Reverte y para volver a divertirme y reírme con las desventuras de Julio Gálvez. Sin embargo, esta vez ese periodista despistado, peculiar, desgraciado y, sobre todo, imán para la mala suerte, las palizas, las comisarías, los policías, los matones y los líos, no ha conseguido hacerme reír. 

En general, Gálvez en Euskadi me ha parecido mucho más flojo que Demasiado para Gálvez. No he encontrado esas grandes dosis de humor que tanto me hicieron reír con la primera novela que tiene a Gálvez como protagonista. Sin embargo, sería injusto decir que se trata de un mal libro. A pesar de sus 260 páginas, se lee en un suspiro o, como en mi caso, en una tarde de piscina. 

Aun así, me ha dejado un sabor agridulce. En primer lugar, agrio porque no me ha quedado muy claro qué es lo que pretendía realmente el autor al escribir esta obra. Lo lógico sería pensar que lo que quería era seguir la estela marcada en el primer libro. Sin embargo, precisamente es esto lo que queda más patente, no lo ha conseguido, sobre todo en lo que al humor se refiere.

Al mismo tiempo, también se refleja a lo largo de las páginas de la novela que aunque el esquema principal intenta imitar al del primer libro (persecuciones, matones, malentendidos, mujeres, asesinos, policías, investigaciones periodísticas, etc.), lo que se transmite no es tan intenso, tan sorprendente, tan vertiginoso ni tan surrealista como la trama narrada en la primera aventura de Julio Gálvez.

En Gálvez en Euskadi nos encontramos a este singular periodista trabajando en su ciudad, Madrid, en el gabinete de prensa de una multinacional sueca, la KBB. Aunque resulte difícil de entender, sus superiores le encomiendan la difícil misión de investigar la desaparición del director de la sede en Vitoria, de quien sospechan que ha sido secuestrado por ETA por no pagar el impuesto revolucionario.

A partir de ahí Gálvez se verá envuelto por una trama llena de terrorismo, corrupción, intereses políticos, disputas familiares, conquistas amorosas, violencia, palizas, tiroteos, asesinatos y, sobre todo, intrigas que, por mucho que lo intenta, Gálvez no logra resolver.

Sin embargo, al mismo tiempo esta novela me ha dejado un sabor dulce. Si nos olvidamos del primer libro, Demasiado para Gálvez, del humor que impregna sus páginas y descubrimos Gálvez en Euskadi como si fuese la primera obra de este inconfundible periodista que leemos, realmente disfrutaremos con su lectura. En primer lugar, con la visión que Martínez Reverte nos ofrece de ciudades como Vitoria, Bilbao, San Sebastián, San Juan de Luz, Biarritz o Hendaya a través de los ojos de Julio Gálvez, recién llegado de Madrid y, como él mismo confiesa una y otra vez, alguien que no entiende nada de Euskadi.

Y, en segundo lugar, disfrutaremos también con la visión histórica que tanto Martínez Reverte como Julio Gálvez nos brindan de esa época, ya que no podemos olvidar que el libro está ambientado en 1983. Los años de plomo, como muchos escritores, historiadores y periodistas han calificado a esa época en la que los asesinatos, los secuestros, la violencia, los chantajes y, en definitiva, el terrorismo de ETA eran el pan nuestro de cada día.

Precisamente la cuestión de ETA es uno de los motivos de que este libro me haya dejado un sabor agridulce. Cuando leí el argumento, me pareció algo original y atractivo abordar el tema de los secuestros y el cobro del impuesto revolucionario en una novela. Sin embargo, creo que el propio Martínez Reverte no ha sabido tratarlo de manera adecuada. Personalmente, creo que no es un tema acertado para tratarlo en un libro de humor. 

Por eso la lectura de esta novela aporta una sensación de medias tintas, de ahí que afirme que no queda muy claro qué pretendía el escritor madrileño con esta obra. La idea original era buena, pero mezclar terrorismo y humor no es buena idea, y al final, lo que se transmite es un boceto de humor y un boceto de terrorismo. 

Nada concreto ni completo. Muy al contrario. Los personajes de los terroristas resultan superficiales, ridículos, frívolos, algo que chirría enormemente y no encaja en absoluto con la situación que se vivía en Euskadi en esos años y que, por desgracia, se sigue viviendo, aunque, afortunadamente a un nivel inferior y, esperemos que algún día no muy lejano, esa situación desaparezca para siempre.

A pesar de todo, si nos olvidamos de las pequeñas dosis de humor repartidas por las páginas del libro y de esta trivialidad con la que se aborda la cuestión del terrorismo, Gálvez en Euskadi consigue transmitirnos una interesante visión de lo que ocurría en Euskadi en 1983. Al final, con lo que nos quedamos los lectores es con la incapacidad de Gálvez por saber, entender y comprender todo lo que ve en los pocos días que pasa en Vitoria, Bilbao y San Sebastián. 

La violencia callejera, las manifestaciones, la brutalidad policial, la clandestinidad en la que se ven obligados a moverse muchas personas, la corrupción empresarial, las amenazas, el miedo, los secuestros, los chantajes. Pero, finalmente, tanto el propio Gálvez como los lectores nos damos cuenta de que no se puede permanecer impasible ante la barbarie. Y todos nos damos cuenta también de que no es culpa nuestra. De que no es culpa de nadie. Porque, se conozca o no, se entienda o no, no se puede comprender lo incomprensible. De la misma forma que no se puede justificar lo injustificable.

Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

8 comentarios:

sonia dijo...

creo que este no me lo leeré lo de mezclar esos dos términos tan opuestos no creo que me hiciera ninguna gracia támpoco, pero Demasiado para Galvez parece interesante en cambio y si dices que te reíste y pasaste un buen rato con sus aventuras tal vez lo intente

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Sonia,

Estoy de acuerdo contigo, es mucho más recomendable Demasiado para Gálvez que Gálvez en Euskadi, al menos para mí, por las razones que explico en las dos reseñas. Ya me contarás qué tal si al final te animas con Demasiado para Gálvez, eso sí, no esperes grandes cosas, es un libro cortito para reírte y pasar un buen rato, pero nada más. Un besazo.

Carmina dijo...

Goizeder es muy dificil hacer reir sobre todo con un tema tan duro como el terrorismo con el que hemos tenido que convivir, al menos a mi me costaria reirme, creo que de ahi y de que no haya sabido hacer una buena parodia tu sabor agridulce, de todas maneras me apunto al autor. Pero niña tu no empezabas ya a currar, pero que ritmo lector hija

María dijo...

Menudo fin de semana de reseñas que has tenido! Me alegro que te echábamos de menos :)
Por lo que cuentas el argumento del libro parece original. No he leído nada del autor y me ha chocado el tema ETA, no es muy común en los libros de ficción...
Aún así puede ser interesante la lectura.
Besos!

Mertxe Costas-Bookworm dijo...

Pues opino un poco como Sonia, de leer, leería el primero. Además como dices el tema de ETA es un pelín delicado y ha sido una pena que se quedara todo en un boceto. Yo nací y viví en Rentería hasta el año 86 y también conozco de primera mano cómo estaba la situación en aquella época, todo eso que mencionas, la violencia callejera, la policía disparando pelotas de goma, un atentado no muy lejos de la que era nuestra casa cuando yo iba en el autobús que me llevaba a mi colegio, en fin! no me apetece recordar esas cosillas en este momento.
Me quedo como ya te he dicho en todo caso con "Demasiado para Gálvez".

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Carmina,

Sí, ya he empezado a trabajar, pero sólo por las mañanas, tengo todas las tardes libres para leer y en la piscina se lee muy a gusto tranquilamente, eso explica el ritmo que llevo últimamente, bueno eso y que los libros que he leído son muy cortitos, jeje. Sobre este libro en concreto, tienes razón, hacer reír es muy complicado y con temas tan serios y duros como el terrorismo, todavía más, es algo complejo y creo que al autor se le ha ido de las manos. Si al final te animas a leer algo de Martínez Reverte, ya nos contarás. Un abrazo.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

María,

Sí, ya ves, ha sido un fin de semana muy productivo en reseñas. Yo también os echaba de menos! Es cierto, la lectura puede ser interesante, porque a pesar de no haber sabido hacer reír, el autor logra una historia original al tratar el tema del terrorismo que, como dices, no es muy habitual en la narrativa. Choca, no deja indiferente y también aporta cosas, de todo se aprende. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Bookworm,

No sabía que eras de Rentería y que justo habías vivido allí esos años tan duros que no me extraña que no quieras recordar, a todos nos gusta olvidar esas cosas tan horribles, tanta barbarie incomprensible. Es cierto que el terrorismo de ETA es un tema muy complicado, tanto que por eso creo que a Martínez Reverte no le ha salido como él había pensado en un primer momento. Al menos eso es lo que me ha transmitido mí al leer esta novela. Pero bueno, aun así, recomiendo esta lectura, porque todo aporta algo y de todo se aprende y, sobre todo, os recomiendo y animo a leer Demasiado para Gálvez, que no tiene nada que ver con esta novela. Un abrazo.

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