Título: El camino
Autor: Miguel Delibes
Editorial: Destino
Año de publicación: 1950
Páginas: 221
Páginas: 221
ISBN: 8423336336
El camino es la segunda novela que leo de Miguel Delibes tras El disputado voto del señor Cayo. Aunque no me siento orgullosa, he de confesar que no me había interesado mucho por este gran escritor hasta su muerte el pasado 12 de marzo. Entonces decidí descubrir alguna otra de sus novelas y, aceptando el consejo de mi pareja, me animé a leer El camino, un libro que él había leído hace ya casi diez años y que recuerda con mucho cariño. Sólo han pasado cuatro días desde que terminé la lectura de esta novela pero también la recuerdo con gran cariño y, sobre todo, sé que la seguiré recordando de esta manera durante mucho tiempo.
Esta obra, publicada hace ya sesenta años y escrita con gran sencillez y cercanía, está llena de inocencia, de ternura y de melancolía. Ambientada en una aldea rural durante los años de posguerra, El camino es la historia de Daniel el Mochuelo, un niño de once años que rememora toda su vida: sus padres, sus amigos, la escuela y el maestro, la iglesia y el señor cura, las travesuras, el amor, sus vecinos, su pueblo, su valle. Y todo lo revive en su memoria en una sola noche. Una noche en la que no puede dormir. A la mañana siguiente un tren le llevará a la ciudad, donde comenzará sus estudios de Bachillerato, y al mismo tiempo lo alejará de todo aquello que ama y de lo que no desea separarse nunca.
Esta obra, publicada hace ya sesenta años y escrita con gran sencillez y cercanía, está llena de inocencia, de ternura y de melancolía. Ambientada en una aldea rural durante los años de posguerra, El camino es la historia de Daniel el Mochuelo, un niño de once años que rememora toda su vida: sus padres, sus amigos, la escuela y el maestro, la iglesia y el señor cura, las travesuras, el amor, sus vecinos, su pueblo, su valle. Y todo lo revive en su memoria en una sola noche. Una noche en la que no puede dormir. A la mañana siguiente un tren le llevará a la ciudad, donde comenzará sus estudios de Bachillerato, y al mismo tiempo lo alejará de todo aquello que ama y de lo que no desea separarse nunca.
Pero Daniel es pequeño y no puede elegir su propio camino. Su padre, el quesero del pueblo, lleva muchos años ahorrando para que su hijo sea algo en la vida y, aunque le duela abandonar su actual vida, Daniel no puede hacer otra cosa. Irá a la ciudad. Pero antes repasará todo lo que ha vivido a lo largo de sus once años. Gracias a la inocente, y al mismo tiempo inteligente mirada de Daniel, conocemos a sus amigos: Germán el Tiñoso y Roque el Moñigo. Con ellos comparte no solo travesuras, sino también confidencias, dudas, inquietudes, miedos y sus escasos conocimientos sobre la muerte, el amor o la naturaleza.
Daniel el Mochuelo también nos acerca a la vida diaria de su pueblo, una pequeña aldea montañosa, y al resto de sus habitantes: Salvador, el padre de Daniel y el quesero del pueblo; Paco, el herrero y padre de Roque, el Moñigo; las hermanas Guindilla; Quino, el manco; la Mariuca-uca; la Mica; Gerardo, el Indiano, o don José, el cura. A través de todos estos personajes, Delibes aborda en El camino cuestiones tan variadas y profundas como la enfermedad, el suicidio, las diferencias entre las clases sociales, la envidia, el rencor, el choque entre progreso y tradición, la obsesión o el miedo por la religión, los prejuicios y las críticas entre vecinos, el pecado, el primer amor, la muerte, los sueños truncados, la amistad o la naturaleza.
Y todo ello lo consigue Delibes sin que estos personajes tan cercanos, reales y humanos salgan del pueblo, que está inspirado en Molledo (Cantabria), villa natal de los padres de Delibes y donde el escritor vallisoletano pasó largas temporadas durante su infancia. Sin embargo, a pesar de los errores que cometen, a pesar de todas sus miserias y sus defectos, día a día y sin ni siquiera ser conscientes, sus vecinos logran convencer a Daniel, el Mochuelo, de que la vida en el valle vale la pena. Y Daniel lo comprende al mismo tiempo que aprende a amar todos y cada uno de los rincones del valle: sus habitantes, sus casas, sus montes, sus animales, sus tradiciones, sus fiestas y hasta su viento.
Pero Daniel aprende a valorar y a apreciar todo su pequeño mundo justo cuando tiene que abandonarlo. Aunque eso no le impide marcharse a la ciudad a estudiar, a progresar y a ser alguien en la vida, tal y como desea su padre. Daniel, el Mochuelo, emprende una nueva etapa llevándose en la maleta todos los recuerdos de sus once años, esos que le han hecho madurar y entender que la vida casi nunca es como nosotros queremos. Todos los recuerdos que le ha regalado su valle: los buenos y los malos, los que le hacen reír y los que le hacen llorar, los que le gustan y los que le duelen. Esa noche, Daniel, el Mochuelo, comienza a caminar hacia delante sin dejar de mirar hacia atrás.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.
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4 comentarios:
A mi también me encantó este libro y lo llevo siempre en la memoria, sobre todo la forma en la que el niño revive su vida.
Blocion,
Estoy de acuerdo contigo, este libro no se olvida fácilmente, deja un recuerdo muy bueno y es muy tierna la forma en la que Daniel recuerda su corta pero intensa vida. Un beso.
A mí también me gustó cuando lo leí, pero luego no tanto. Otras de Delibes que me han gustado más son Las ratas, Los santos inocentes, la trilogía de Lorenzo, Parábola del náufrago... Y la que más me sorprendió fue la última, El hereje.
Javier,
Me pasa lo mismo que te he comentado con Millás me gustó pero no sé por qué aún no he repetido con el autor. Besos.
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