Título: Alta fidelidad
Autor: Nick Hornby
Editorial: Anagrama
Año de publicación: 1995
Páginas: 357
ISBN: 9788433974631
Nunca había oído hablar de este libro y mucho menos de su autor, Nick Hornby, hasta que mi pareja me lo recomendó. Y como suelo hacer caso de las recomendaciones, lo leí. Y menos mal. De lo contrario, me hubiera perdido un libro brillante, divertido, agudo, original, ingenioso y sorprendente. En él, Hornby nos cuenta la historia de Rob Fleming, quien a sus casi 36 años, vive en el norte de Londres, donde además trabaja en una peculiar tienda de vinilos que, aunque no tienen mucho éxito, sí le gustan a él y a sus dos empleados, Barry y Dick. Es lo único que cuenta.
Como se puede intuir con el título, uno de los hilos conductores de este libro es la música. Y precisamente aquí reside uno de los aciertos de la novela, pero al mismo tiempo, también uno de los errores. Son muchas las canciones que ocupan un lugar principal en la vida del protagonista y que, por lo tanto, desempeñan un importante papel en la propia historia. Pero, ¿qué ocurre si el lector no conoce esas canciones?
Otro de los hilos conductores de la historia son las listas que continuamente elabora Rob. Listas de sus canciones, discos, cantantes y películas favoritas. Pero también listas de sus novias. De sus amantes. Y, por supuesto, de sus rupturas. Porque Rob encadena una ruptura sentimental detrás de otra. Y siempre piensa que él no ha tenido nada que ver, que él es la víctima, nunca el culpable. Porque, en la mayoría de los casos, la culpa es de los discos, ya que si dos colecciones de discos son incompatibles, sus dueños no pueden ser pareja durante demasiado tiempo. Y eso es precisamente lo que le ha ocurrido con Laura, su última novia. O eso al menos es lo que piensa Rob.
El protagonista de esta novela no se entera, o no se quiere enterar, o quizá sí se entera pero no quiere reconocer que vive empeñado en prolongar su adolescencia hasta la eternidad. No le gusta tomar decisiones. Tampoco le gusta asumir responsabilidades. Él sólo quiere escuchar música, ver películas y hacer listas. Pero tampoco se olvida de convertir sus sueños en realidad. Como tener una novia contratada por una discográfica.
Rob no quiere madurar, o tal vez lo que le pasa es que no sabe cómo hacerlo. Él no quiere renunciar a su música, a sus listas, a su independencia. Realmente, Rob no quiere renunciar a nada. Y este es precisamente el mensaje de esta historia y, al mismo tiempo, lo mejor de la novela. El protagonista no está dispuesto a cerrarse ninguna puerta, quiere tener todas las opciones posibles siempre a mano. Quiere tener novia y amantes. Pasión y seguridad. Tienda de discos y estabilidad económica.
Finalmente, Rob entiende que no se puede perder la vida pensando en lo que no se tiene, en los quizás, en los que hubiera pasado si... Y comprende que es mejor disfrutar de lo que sí se tiene, del presente, del hoy, del aquí y ahora, sin pensar en qué dirán los demás, en la vida que viven los que nos rodean en lugar de vivir la propia. Porque lo que hay que hacer es vivir la propia vida intensamente, sintiéndose afortunado y no darle tantas vueltas a las cosas. Porque es mejor actuar que pensar. Y, sobre todo, entiende que al madurar no sólo se renuncia a algunas cosas, sino que también se ganan otras muchas.
Hornby consigue adentrarnos de forma ingeniosa, divertida y original en el universo masculino. Este libro nos acerca un poco más a los hombres, a su forma de pensar y de actuar. A su modo de entender conceptos tan cercanos pero al mismo tiempo tan desconocidos como el amor, la familia, los amigos o la madurez. En definitiva, nos ayuda a entenderlos, al mismo tiempo que compartimos con el protagonista de la novela miedos, inseguridades, preguntas sin respuesta, tristezas, problemas o soledades pero, sobre todo, risas. Un libro muy recomendable no sólo para mujeres que queremos entender a los hombres, sino para hombres que quieren reírse de sí mismos.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.
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