jueves, 25 de noviembre de 2010

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades

Publicado por Goizeder Lamariano Martín

Título: La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades
Autor: Anónimo
Editorial: Espasa Calpe
Año de de la edición: 1994
Páginas: 156
ISBN: 8423918122

Después del Cantar de Mio Cid vuelvo a los clásicos. Al igual que en el caso anterior, he leído este libro gracias a la carrera de Lengua y Literatura Españolas que estoy estudiando en la UNED y, nuevamente, me alegro de haberlo leído porque lo he disfrutado muchísimo. Aunque mucha gente había leído esta novela en el colegio o en el instituto, ese no era mi caso así que me acerqué a esta historia con pocas expectativas, con una ligera idea de lo que me iba a encontrar y con la recomendación de mi chico. Lazarillo de Tormes se lee en una tarde, en un suspiro. 

A pesar de estar escrita en castellano antiguo, la lectura es muy ágil, amena, divertida, entretenida y, sobre todo, atrapa y seduce desde la primera hasta la última página, por lo que resulta difícil dejar de leer. A pesar de ser una novela escrita hace tantísimo tiempo, el argumento no ha envejecido en absoluto, no ha perdido actualidad y, por el contrario, es muy fácil sentirse identificado con el pequeño Lázaro.

La novela está dividida en siete tratados o capítulos y en cada uno de ellos un Lázaro adulto cuenta a Vuestra Merced, una figura de autoridad, poder y buena posición social que en ningún momento desvela su identidad, y, al mismo tiempo, también a los lectores, cómo fue su vida cuando era un niño, cuando sólo era Lazarillo y no Lázaro de Tormes.

En el primer capítulo conocemos los primeros años de su vida y su relación con su madre, su padrastro y su hermano y el tiempo que convivió con un ciego al que sirvió de lazarillo. En el segundo relata todo lo que le ocurrió viviendo con un clérigo. En el tercero, lo que le tocó vivir con un joven escudero. En el cuarto, lo que padeció viviendo con un fraile de la Merced. En el quinto capítulo o tratado Lázaro nos habla de las aventuras y desventuras que sufrió en compañía de un buldero, un vendedor de bulas. En el sexto recuerda los acontecimientos que compartió junto a un capellán y, por último, en el séptimo nos relata su convivencia con un alguacil y, sobre todo, su vida junto a su mujer.

No quiero desvelar el final de la obra, que al menos a mí me sorprendió mucho y me hizo reflexionar, pero sí quiero destacar lo mucho que me ha llamado la atención las cuestiones que tienen en común los siete tratados o capítulos de esta novela dura, cruel, injusta pero que al mismo tiempo también es divertida, tierna y esperanzadora.

Es imposible no sentirse identificado con el pequeño Lázaro y no sentir pena por él al verlo pasar tanto hambre y tantas penurias a lo largo de toda la historia. Lazarillo nos transmite lástima y, sobre todo, muchas ganas de cuidarlo, de protegerlo y de ayudarlo. Porque él lo único que quiere es seguir adelante, avanzar en la vida, conseguir una buena posición social y, ante todo, no pasar hambre.

Es el hambre el que lo convierte en un niño tan inteligente, tan despierto y, por qué no decirlo, tan travieso. Pero, por muchas travesuras y jugarretas que les hace al ciego, al escudero, al fraile, al buldero, al capellán o al alguacil, el pobre Lazarillo siempre sale escarmentado de todos sus amos, porque, haga lo que haga, ellos siempre van un paso por delante, son más listos que él, aunque al principio parezca todo lo contrario.

Me he reído muchísimo con las diabluras de Lazarillo y también con la astucia y las lecciones de sus diferentes amos. Las muchas anécdotas y situaciones que Lázaro va recordando a lo largo de las páginas no dejan de sorprendernos y de arrancarnos una sonrisa e, incluso, en muchos casos, hasta una carcajada. Y así, a base de errores, de palos, de situaciones injustas y de pasar mucho hambre, el pequeño Lázaro irá madurando y aprendiendo a sobrevivir pase lo que pase.

Porque a Lazarillo lo único que le importa es seguir hacia adelante, cueste lo que cueste, y por eso se adapta a cualquier situación que le toca vivir, sea buena, mala o, como ocurre en la mayoría de los casos, peor. Él lo que más desea es conseguir un buen trabajo y una buena posición social que le permitan vivir bien el resto de sus días, sin pobreza, penurias ni hambre. Pero no sólo él. Eso es lo que buscan todos los personajes de la novela, y cada uno se las ingenia como puede para conseguirlo. Porque en aquella época, como en esta, el trabajo y el dinero lo eran todo y tener una buena casa, buena ropa y, en definitiva, guardar las apariencias, era lo único importante. Parece que, por mucho tiempo que pase, las cosas no han cambiado tanto. Al final va a resultar cierto eso de que no hemos inventado nada.

Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

18 comentarios:

Icíar dijo...

Sé del Lazarillo de Tormes que era del género de la picaresca, y que como a muchos estudiantes el colegio nos hizo un poco aborrecer. No creo que la culpa fuera de nuestros profesores, igual no era nuestro tiempo.
Pero, querida, eso del final, que te sorprendió, me causa intriga, ¿cuál será ese final?

Marina Ortega dijo...

Hola!! Yo lo leí en el colegio como lectura obligatoria de un trimestre y la verdad es que me pareció interesante y divertido en ciertos capítulo. sin duda un clásico que tengo en mi biblioteca repetido por 3. El primer ejemplar era d mi padre y es antiquisimo, el segundo fue el que metuve q comprar para clase y el tercero el que s tuvo q comprar mi hermana (chorradas tipicas d colegios en los q se exge q todos tngan el mismo libro y d la misma editorial)
Asi q tng en caso tres libros iguales de distintas epoca y editoriales...y no te creas que es único titulo con el que me pasa.. =)

Un abrazooo!! cargadadelibros.blogspot.com

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Icíar,

Sí, esta obra pertenece al género de la picaresca, con personajes marginales que hacen lo que sea para buscarse la vida. Lo que comentas le suele pasar a mucha gente, en el colegio nos hacen leer libros por obligación y no sólo no gustan, sino que se les coge manía, creo que es porque hay momentos para cada lectura, por edad y por situaciones personales, etc. Por eso te animo a leerlo ahora, seguro que te diviertes y lo disfrutas y así descubres ese final, que aunque me piques no te lo voy a decir, jejeje. Muchos besos!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

M.,

La verdad es que yo no tengo ningún libro repetido en casa, ni en la mía ni en la de mi madre, pero me ha parecido muy curiosa tu historia de los tres ejemplares del Lazarillo de Tormes. Me alegro de que te divirtieses al leerlo. Un abrazo.

Carol dijo...

Q raro que no te mandaran leerlo en el cole, aunque es cierto que yo lo leí entonces y me gustó pero sin más. Luego en Filología lo volví a leer y me encantó, y es que hay lecturas que creo que es mejor ser un poco más madura para poder entenderlas mejor. Aunque es cierto que mi profesora de literatura del cole nos llevo al poco a ver la obra de Rafael Álvarez el Brujo y aluciné, qué bien lo hace éste hombre, porque era toda la obra monologada, él era Lazarillo y el único actor en escena y aún así no se hacía nada aburrido. Luego me fui a estudiar Periodismo a Salamanca y no pude evitar ir al Tormes y acercarme al toro de piedra para verlo. Ja ja bueno que no me lío ya más, todo ésto para decirte que es un libro que me gusta mucho y que me trae muchísimos buenos recuerdos. Bsos

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Carol,

Estoy totalmente de acuerdo contigo, hay lecturas que necesitan edad y, sobre todo, madurez para entenderlas y disfrutarlas. Si no, se hacen muy aburridas y se les coge manía. Me alegro mucho de que esta reseña te haya traído tan buenos recuerdos de las dos lecturas que has hecho de esta novela y de la obra de teatro que viste y, por si fuera poco, de tu época en Salamanca. Espero que cuando fuiste a ver el toro de piedra tú no te chocases ni te dieses un buen golpe, jejeje. Muchos besos guapa!

sonia dijo...

A mi me lo mandaron en el instituto y bueno sinceramente no tengo ni buen ni mal recuerdo, simplemente no me acuerdo !jajajajaja
Un besote

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Sonia,

Pues ya sabes lo que tienes que hacer, volverlo a leer para acordarte, jejeje. Seguro que lo disfrutas y se lee en una tarde, en un momento. Otro besote muy fuerte para ti!

Vero dijo...

A mí me lo hicieron leer de pequeña y no lo acabé, no me llamó mucho la atención pero quiero releerlo porque conforme nos vamos haciendo mayores, nuestros gustos cambian.
Vaya reseña tan completa, como siempre. Felicidades!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Vero,

Yo te animo a que lo releas, seguro que lo ves con otros ojos y te gusta. Es cierto que los libros cambian mucho según a qué edad y en qué momento personal los leamos. Me alegro mucho de que te haya gustado la reseña. Muchas gracias por tu felicitación! Un abrazo!

samarkanda dijo...

Entero no lo he leído pero sí trozos que nos seleccionaba en profesor de literatura para hacer comentarios de textos y recuerdo que eran divertidos. Tal vez lo lea algún día, porque sé que el libro anda por algún rincón de casa.
Musus.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Mafaldas,

Si lo tienes por casa y encima los fragmentos que has leído te han gustado, ¿a qué esperas para leerlo entero? Seguro que te diviertes y lo disfrutas mucho. Ya nos contarás si algún día te animas. Muxus!

Anónimo dijo...

yo lo tuve que leer obligatoriamente....y creo que desobedecí y nunca lo terminé...porque mira que no me acuerdo de ese final...
que gusto que estés estudiando y que aunque sea para la materia, el libro te guste. Porque debe ser terrible que te dejaran un libro y que no te esté gustando ¿no? incluso cuando eres adulto. Así que me alegro que la estés pasando tan bien en el aula, y con las tareas ^^ ¿puede haber mayor felicidad que eso?
un beso,
Ale.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Ale,

Pues ya sabes lo que te toca ahora, hacer esos deberes que desobedeciste de pequeña, jejeje. No, en serio, te recomiendo su lectura, es un momento y divierte mucho. Y así de paso recuerdas ese final que has olvidado... Sí, tienes razón, es una gozada poder estudiar lo que se quiere y más como una afición, sin presión ni agobios de ningún tipo, disfrutando de las clases y los textos. La verdad es que estoy muy contenta. Muchos besos!

Luisa dijo...

A mí también me obligaron a leerlo en clase, pero aún así no guardo un mal recuerdo.
¡Qué bien que estés disfrutando tanto estos clásicos gracias a la carrera!
Un abrazo.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Luisa,

Me alegro mucho de que tu recuerdo de esta obra sea bueno, muchas veces pasa, al menos a mí, que cuando leemos un libro por obligación es más difícil que nos guste. Otro abrazo muy fuerte para ti!

Anónimo dijo...

Un Engaño de nuestro sitema EGB o secundaria, obligando a leer libros aborrecibles con 13 años. Soy LDo en derecho, no pedagogo y nadie me va a recompensar por los años perdidos de estudio en las instituciones públicas. Vergüenza de educación y de profesores untados o callados ante el adoctrinamiento en los colegios. Gil Blas de Santillana y otros generos de la picaresca son los que me han hecho comparar esta obra condenada al olvido con una perspectiva de madurez, el cual es un despropósito formar a nuestros hijos con libros amorales y faltos de ética, sobre todo cuando no estan en edad de discernir ni de pensar por ellos mismos. El dia que a mi hijo lo obligen a leer dicha aberración presentare una demanda contra la consejeria de educación.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Anónimo,

Bienvenido a Cuéntate la vida. Gracias por tu visita y por tu comentario y por dejarnos tu opinión sobre esta obra de la Literatura española y sobre el sistema educativo de nuestro país. Un saludo.

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