Título: Siete casas en Francia
Autor: Bernardo Atxaga
Editorial: Alfaguara
Año de publicación: 2009
Páginas: 255
ISBN: 9788420422763
Después de leer Esos cielos, Obabakoak, El hijo del acordeonista y El hombre solo, cuatro novelas de Bernardo Atxaga que, cada una a su manera, me sedujeron intensamente, no me he podido resistir a leer Siete casas en Francia. Cuando lo vi en la biblioteca me sorprendió mucho. El escenario no era Obaba y tampoco nos acercaba la historia de terroristas de ETA. En esta ocasión Atxaga nos traslada al año 1903 y nos hace viajar hasta África, al Congo gobernado por el rey de Bélgica Leopoldo II. La historia se desarrolla en Yangambi, un campamento militar junto al río Congo.
El campamento está gobernado por Lalande Biran, un capitán que sólo piensa en publicar sus poesías y alcanzar éxito y popularidad con ellas y amasar una gran fortuna desviando partidas de caoba y marfil. Esas son las principales preocupaciones de Biran, además de contentar a su esposa Christine, que todas las semanas le escribe una carta instándole a desviar más partidas de caoba y marfil para ganar el suficiente dinero para pode adquirir una casa en St-Jean-Cap-Ferrat, el lugar más elitista de Francia. No importa que ya tengan otras seis casas. Ella quiere la séptima y Biran sabe que no tiene más remedio que conseguir el dinero. No importa cómo.
El campamento está gobernado por Lalande Biran, un capitán que sólo piensa en publicar sus poesías y alcanzar éxito y popularidad con ellas y amasar una gran fortuna desviando partidas de caoba y marfil. Esas son las principales preocupaciones de Biran, además de contentar a su esposa Christine, que todas las semanas le escribe una carta instándole a desviar más partidas de caoba y marfil para ganar el suficiente dinero para pode adquirir una casa en St-Jean-Cap-Ferrat, el lugar más elitista de Francia. No importa que ya tengan otras seis casas. Ella quiere la séptima y Biran sabe que no tiene más remedio que conseguir el dinero. No importa cómo.
La mano derecha de Biran es Van Thiegel, a quien todos llaman Cocó, un ex legionario brutal, obsesionado con las mujeres y que vive continuamente con la cabeza dividida en dos mitades opuestas llenas de voces que se enfrentan y discuten. Incluso, en los casos más extremos, su mente se divide en muchas más casillas, muchas más voces, como una ruleta llena de imágenes del pasado que no deja de girar y girar cada vez más deprisa.
El criado personal del capitán Lalande Biran es Donatien, un hombre excesivamente servil, pérfido y rastrero que está dispuesto a humillarse hasta límites insospechados con tal de cumplir su objetivo: lograr que la mujer del capitán sea su conquista número 200.
Sin embargo, en la selva, rodeados de mandriles, chimpancés, leones, rinocerontes, soldados africanos leales a Bélgica y rebeldes no todo es lo que parece y las apariencias siempre engañan. Les guste o no, esa lección la aprenderán todos los personajes gracias a la llegada al campamento de un nuevo oficial, Chrysostome Liége.
Chrysostome es distinto al resto y por eso no encaja en el ambiente del campamento, lleno de humor machista, militar, ofensivo, cruel y duro. Los demás no quieren aceptarlo y él no está dispuesto a integrarse. Por eso no le importa que crean que es un marica obsesionado con la religión y que se extiendan los rumores que ponen en duda su masculinidad, su historia y su vida pasada.
Pero eso a él no le importa. Porque sabe que tiene el arma perfecta para hacerse respetar. Es un tirador infalible a cualquier distancia y con cualquier arma. El mejor del campamento, del Congo y de todo África. Pero Chrysostome no será el único que haga justicia en ese campamento aislado del resto del mundo y de la civilización en el que gobiernan la ambición, la traición, las mentiras, la hipocresía, los intereses ocultos y, en definitiva, las pasiones más bajas del ser humano.
Sin que él sea consciente, la enigmática personalidad de Chrysostome despertará los peores instintos del resto de personajes, que finalmente desvelarán sus verdaderos sentimientos, deseos y obsesiones coincidiendo con la llegada desde Bélgica de un obispo, varios sacerdotes y un afamado periodista que protagonizan una expedición para instalar una imagen de la Virgen María en el corazón de África.
Atxaga ha logrado reflejar en no demasiadas páginas el ambiente enrarecido, cerrado, inhumano y salvaje de un campamento militar sometido a las tensiones provocadas no sólo por los rebeldes, sino también por los deseos de impresionar al resto de Bélgica y a toda Europa y, sobre todo, por las envidias, los odios, las traiciones y las mentiras ocultas tras un velo de camaradería.
Sin embargo, aunque los personajes son complejos y, sobre todo, humanos, en sus mejores y en peores cualidades, a lo largo de toda la novela se echa en falta una trama. Por muchas páginas que se pasen, nunca terminan de llegar los acontecimientos, las sorpresas, los giros inesperados que deben impactar al lector y animarle a seguir leyendo. Sólo al final llega la tensión, la intriga y las ganas de devorar páginas. Siete casas en Francia es una novela que se lee rápido por su principal y casi única cualidad: sus siete personajes principales.
Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.
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14 comentarios:
¡Hola Goizeder!
Le regalé "Siete casas en Francia" a mi padre y creo que opina un poco como tú, que le falta trama. Tengo el libro en la mesilla desde hace dos meses pero siempre tengo otras lecturas más tentadoras y no me lanzo a leerlo. De Bernardo Atxaga sólo he leído tres libros infantiles-juveniles, la trilogía "Bambulo", que narra las aventuras de un perro de Bilbao muy peculiar. Son fantásticos.
Atxaga es un autor que tengo pendiente y al que me apetece mucho leer desde hace tiempo, le conocí a través de la película de Obaba que me pareció de lo más original. Ya que has leído tantas novelas suyas ¿cuál me recomiendas para inciarme? Un abrazo!
Leire,
¡Qué sorpresa y qué ilusión verte por aquí! Muchas gracias por la visita y por el comentario y espero que vuelvas siempre que quieras para leer, comentar o lo que te apetezca. Ya sabes, siéntete como en tu casa. Justo la trilogía de Bernardo Atxaga que comentas yo no la he leído. Mi chico sí y le gustó mucho. La verdad es que Siete casas en Francia no es el mejor libro de Atxaga, al menos en mi opinión. Te recomiendo Obabakoak y El hijo del acordeonista si quieres adentrarte en los pueblos profundos de Euskadi y conocer sus gentes, historias, tradiciones, etc. y si quieres acercarte a una visión original y muy diferente del terrorismo de ETA te recomiendo Esos cielos y El hombre solo. Este último lo leí y lo reseñé en abril, por si quieres echarle un vistazo y hacerte una idea. Muchos besos y hasta la próxima!
Carol,
Haces muy bien, anímate a leer a Atxaga, a mí es un autor que me gusta mucho y que por eso recomiendo. Te digo lo mismo que a Leire, desde luego no te aconsejo empezar con Siete casas en Francia, de los cinco libros que he leído suyos es con diferencia el que menos me ha gustado y más me ha decepcionado. Por eso, para conocer a este autor te recomiendo Obabakoak y El hijo del acordeonista si quieres perderte en la vida de los pueblos de los montes de Euskadi y más si te gustó tanto Obaba, la película de Montxo Armendáriz, por cierto un director de mi tierra, jeje. Y si prefieres acercarte a una visión original y muy diferente del terrorismo de ETA y sobre todo de los propios terroristas te recomiendo Esos cielos y El hombre solo. Este último lo leí y lo reseñé en abril, por si quieres echarle un vistazo a la reseña y hacerte una idea antes de decidirte. Otro abrazo para ti!
Acabo de terminar de leer Siete casas en Francia hace media hora y me encuentro con este comentario tuyo. Todavía con el sabor del libro en los labios, sin haber tenido tiempo de reposarlo, creo que coincido completamente contigo. Atxaga es un buen escritor y la historia va atrapando poco a poco, y sobre todo el final engancha. Pero en conjunto resulta decepcionante, sobre todo porque esperas más. He leído bastante del autor, aunque me faltan dos obras fundamentales, "El hombre solo" y "El hijo del acordeonista", y siempre me ha entusiasmado. Aquí, es como si hubiera querido cambiar de aires, salir de Euzkadi, y narrar por el mero placer de narrar, y el resultado es una obra correcta, pero sin alma. Le falta algo.
Saludos.
Golem,
Qué casualidad que justo hayas leído mi reseña nada más terminar de leer el libro. Me ha gustado mucho tu comentario y estoy completamente de acuerdo contigo. Es cierto que Atxaga es un gran escritor que, al menos a mí, me gusta muchísimo y me transmite muchas cosas. De Siete casa en Francia, como dices, lo mejor es el final. Y sí que resulta muy decepcionante. Se espera mucho más de Atxaga, sobre todo si ya conoces a este autor. Espero que puedas leer pronto El hombre solo y El hijo del acordeonista, son mis libros preferidos del autor, muy buenos e impactantes los dos, cada uno a su manera, ya que son dos historias y estilos totalmente diferentes. No le ha salido nada bien el cambio de aires, es verdad que la obra es correcta, pero no transmite nada. Le falta alma y mucho más. Un abrazo.
Éste no lo he leído, sí Obabakoak y Esos cielos. Memorias de una vaca me pareció genial. Un abrazo. Pilu.
Pilu,
Memorias de una vaca no lo he leído, pero conozco a mucha gente que sí y lo disfrutaron mucho. Obabakoak y Esos cielos me encantaron, lo mismo que El hombre solo y El hijo del acordeonista. Si te gusta Bernardo Atxaga, te los recomiendo. Ya me contarás si al final te animas. Otro abrazo para ti.
No he leído nada del autor, que no conocía hasta la publicación de este último libro que no me atraía demasiado. Si decido probar con él lo haré con otra de sus obras, tal y como recomiendas.
Un abrazo.
Luisa,
Te animo a que descubras a Bernardo Atxaga pero, desde luego, no con esta novela. A mí las que más me han guastado de las cinco que he leído son El hombre solo y El hijo del acordeonista, aunque Obabakoak y Esos cielos también son muy recomendables. Espero que, si al final te animas, disfrutes mucho. Ya nos contarás. Otro abrazo para ti.
Pues yo me lo compré hace poco, tras leer tu reseña no sé, la verdad, cuando le tocará el turno.
Eva,
Tampoco te fíes al cien por cien de mi reseña, sólo es una opinión personal y ya se sabe que para gustos están los colores. Igual a ti te gusta mucho. Cuando le toque el turno al libro ya me contarás qué te parece. Muchos besos.
Es el primer libro de Atxaga que leo (alguno había de ser). Me ha gustado. Me llama la atención la naturalidad y la aparente indiferencia con que refiere el autor la perversidad de la gente blanca opresora. Disfrutar de niñas nativas (violarlas) “todos los jueves” viene a ser algo rutinario. Aniquilar elefantes, esquilmar bosques, explotar trabajadores,…(la relación no va en orden de importancia),…todo ello parece ser algo cotidiano y natural. Chrisostome rompe las reglas y el estatus se desmorona. En fin, podrían hacerse mil cometarios acerca de la historia, pero quede en que merece la pena su lectura.
En la reseña
“El criado personal del capitán Lalande Biran es Donatien, un hombre excesivamente servil, pérfido y rastrero que está dispuesto a humillarse hasta límites insospechados con tal de cumplir su objetivo: lograr que la mujer del capitán sea su conquista número 200.”
Creo que hay un error. Quien persigue tal logro es el teniente Van Thiegel
Un saludo.
Anónimo,
Siempre había pensado que este libro, al ser tan distinto a los demás, no era el más acertado para descubrir a Atxaga, pero veo que en tu caso no ha sido así, me alegro de que te haya gustado. Me han gustado mucho las reflexiones que haces en tu comentario y estoy de acuerdo contigo. Muchas gracias por avisarme del error de la reseña, no tengo el libro en casa, pero intentaré comproblarlo y cambiarlo. Un saludo y hasta la próxima!
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