Una bala con mi nombre, de Susana Rodríguez Lezaun

Título: Una bala con mi nombre 

Autora: Susana Rodríguez Lezaun 

Editorial: HarperCollins Ibérica

Año de publicación: 2019

Páginas: 304

ISBN: 9788491393948

Conocí a la periodista y escritora navarra Susana Rodríguez Lezaun en 2016 con la novela negra Sin retorno. Y me gustó tanto que en cuanto se publicaron leí la segunda y la tercera parte de la trilogía protagonizada por el inspector David Vázquez, Deudas del frío y Te veré esta noche. Este es su cuarto libro, un thriller que no tiene nada que ver con los tres anteriores y que, aun así, me ha gustado mucho. Me lo he pasado de maravilla leyéndolo. La protagonista es Zoe Bennet, restauradora del Museo de Bellas Artes de Boston. Tiene 40 años y es solitaria, seria, vive por y para su trabajo porque, sin amigos, sin familia y sin pareja desde que se divorció hace quince años, no tiene nada más que hacer. 

Su aburrida y rutinaria vida cambia la noche que conoce a Noah Roberts, un joven camarero, en una fiesta en el Museo para recaudar fondos. Para sorpresa de la propia Zoe, Noah y ella comienzan una relación llevados por la atracción sexual. Cegada por los sentimientos, Zoe se deja convencer para llevarle a Noah al Museo cuando ya está cerrado y enseñarle el taller de restauración, su lugar de trabajo. 

Pero la cosa se les va de las manos y acaban en un aquí te pillo, aquí te mato que, para desgracia de los dos, sobre todo de la reputada restauradora, queda grabado por las cámaras de seguridad del Museo. 

Este será solo el comienzo. A partir de aquí, toda la vida de la protagonista salta por los aires y se encontrará en medio de un fuego cruzado, rodeada de asesinos, ladrones, policías corruptos, asesinatos, robos, amenazas, incendios... 

Con 79 capítulos cortos y un Epílogo, la autora imprime un ritmo vertiginoso a la narración, ascendente, logrando que la historia, a medida que avanzamos las páginas, nos atrape cada vez más, aumentando la adrenalina del lector al mismo tiempo que la de los personajes. 

Aunque tengo que confesaros que me chocó mucho cuando me enteré que en este cuarto libro cambiaba el escenario, pasando de Navarra a Estados Unidos, después de haber leído la novela me parece un gran acierto, ya que los personajes y, sobre todo, la trama encajan a la perfección con esta ubicación y las descripciones casi cinematográficas no hacen sino mejorar el conjunto, logrando que leamos casi como si estuviésemos viendo una película. 

Pero aunque la trama, llena de acción, giros y sobresaltos, todo a un ritmo frenético, adictivo, trepidante, es importante, el centro de esta historia es sin duda Zoe. No en vano, la autora ha escogido en esta ocasión la narración en primera persona para que, poco a poco, nos adentremos en los pensamientos y sentimientos de Zoe. 

Siendo sincera, al principio me caía bastante mal. No soporto a la gente que se deja llevar por las circunstancias, que se deja arrastrar por las decisiones que otras personas toman por ellas. Y me chirrió bastante que una persona como ella, gris, aburrida, anodina, se adentrase en un mundo de violencia, de avaricia, de corrupción como si nada, como si fuese lo más normal y lo hiciese todos los días. 

Pero hubo un punto de la novela en la que comprendí que el instinto de supervivencia era lo único que la arrastraba, que dirigía sus pasos y sus decisiones. Y la transformación que experimenta Zoe me gustó muchísimo. 

No sé si habrá más novelas protagonizadas por Zoe Bennet, espero que sí, pero lo que está claro es que ella se ha ganado con creces un lugar en mi memoria lectora gracias a esta bala con mi nombre. 

Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí.