Presentación de Las tres heridas, de Paloma Sánchez-Garnica

El pasado martes 6 de marzo asistí con Ismael Cruceta, del blog Cajón de Historias, a la presentación de la novela Las tres heridas, de Paloma Sánchez-Garnica. Al acto, que se celebró entre las 19 y las 20 horas en el Museo de la Ciudad de Móstoles, asistieron, además de la autora, la editora de Planeta Ángeles Aguilera; la concejala de Cultura del ayuntamiento de Móstoles, Mirina Cortés; el alcalde, Daniel Ortiz, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre. 

Se trata de la cuarta novela de Sánchez-Garnica después de El gran arcano, La brisa de Oriente y El alma de las piedras. Aunque tengo que confesar que todavía no he leído ninguna de las obras de esta autora, hace ya mes y medio que Planeta me envió Las tres heridas. En cuanto vi esta novela entre las novedades de la editorial la portada y el título me llamaron la atención y el argumentó terminó por convencerme. Y ahora, después de asistir a la presentación, todavía tengo más ganas de disfrutar de esta historia. Sobre la obra, la editora Ángeles Aguilera destacó: 

“Es una historia conmovedora que precisamente esta tarde, mientras la presentamos, ya se está reeditando. Los protagonistas son un matrimonio joven de Móstoles llenos de ilusión y de futuro que en 1936 sufren un cambio en su destino. Es una obra de personajes, pero también histórica, ya que se nota que la autora, además de escritora, es abogada y historiadora. Nos habla de vidas que merecían ser contadas. Es el reflejo de un trabajo de investigación, unas vidas noveladas creíbles que nos hacen sufrir, llorar, enfadarnos y vivir con los personajes. Nos transmite dolor, amor, ternura, emoción y la lucha por salir adelante”.

Por su parte el alcalde de Móstoles, Daniel Ortiz, añadió: “Es una historia novelada contextualizada en esta ciudad. El marido de la autora, Manuel de Jorge, es de aquí. Es una novela de calidad y muy trabajada que nos invita a pasear por las calles de Móstoles y conocer la historia de la villa gracias a una documentación exquisita. Una delicia de lectura que nos ofrece Historia, intriga, misterio, imparcialidad, diversidad. Un libro hermoso que recrea una época de nuestra historia con precisa fidelidad”.

De izquierda a derecha: Mirina Cortés, Daniel Ortiz, Esperanza Aguirre, Paloma Sánchez-Garnica y Ángeles Aguilera.

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, habló del argumento de la novela. “Está ambientada en Móstoles durante la Guerra Civil. La novela arranca en la Fuente de los Peces, donde un matrimonio posa feliz y despreocupado la mañana del 19 de julio de 1936, instantes antes de que sus vidas sufran un vuelco dramático. Los protagonistas son dos parejas de distintas clases sociales que nos hablan del amor, de la muerte y de la vida. El título, precioso, está basado en un célebre poema de Miguel Hernández. Es una historia de amores, enredos, separaciones, reconciliaciones, intrigas. Une el pasado y el presente a través de una caja de latón comprada en 2010 en el Rastro de Madrid que dentro tiene esa foto delante de la Fuente de los Peces. La historia de amor se desarrolla en el Madrid convulso de la Guerra Civil, donde los protagonistas viven situaciones extremas que les empujan al egoísmo y el sacrificio. La autora se ha basado para escribir esta historia en los relatos de su suegro. En 1936 Móstoles era un apacible pueblo de dos mil habitantes pero todo cambió para siempre, ya que durante la guerra la mitad de los edificios fueron derruidos. La ambientación de la época atrapa al lector porque es un retrato vivo de la sociedad española sin tomar partido y mostrando el desgarro de seres anónimos”.

Fuente de los Peces de Móstoles

Por último le tocó el turno a la autora, Paloma Sánchez-Garnica. “Nací en Madrid y con cuatro años toda mi familia nos marchamos a Zaragoza porque mi padre había obtenido una cátedra en la universidad de esa ciudad. Pero todos los veranos los pasábamos en Navalcarnero, en casa de mis abuelos. Yo asocio esos veranos con libertad, con no tener que madrugar para ir al colegio, con la piscina, las pandillas, el parque, las fiestas. Con 17 años, un sábado de agosto de 1979, mientras estaba con mis amigas, un chico de bigote me preguntó si había baile. Y ya a la noche quiso bailar conmigo. Es chico era Manolo, un mostoleño con el que me casé hace justo hoy treinta años. Mi hijo mayor nació en Madrid, pero el pequeño ya nació en Móstoles, aunque yo soy del madrileño barrio de Chamberí, me unen muchos lazos familiares y personales a esta ciudad”.

Sobre la ciudad, Sánchez-Garnica recordó: “La Fuente de los Peces, el ayuntamiento, la parroquia, la ermita, el cementerio parroquial... el corazón de la ciudad sigue estando en el mismo sitio, a pesar de los años y de la Guerra Civil. En mi casa no se hablaba de la guerra. Mi madre tenía ocho años y la mandaron a Galicia y mi padre era adolescente, sé que participó en la División Azul, pero murió cuando yo tenía 18 años y nunca contó nada. En cambio mis suegros sí que hablaban, mi suegra pasó la guerra en Madrid y pasó muchísima hambre, haciendo colas todos los días. Mi suegro vivió una experiencia más dura, pero aun así hablaba y contaba muchas cosas. En 1936 era un agricultor de 19 años y de Navalcarnero les llevaron a él y a su hermano a un colegio de monjas a Madrid. Estuvo preso y hizo trabajos forzados construyendo barricadas y zanjas, la vía Negrín, quitando nieve en la Sierra. Siempre contaba que pasó tanta hambre que hasta se comió un perro y sufrió muchísimas humillaciones. Decía que le daba lo mismo que le pegaran un tiro, qué debilidad mental y física hay que tener para pensar eso. Una vez fue andando desde Las Rozas hasta Móstoles, se comió dos platos de garbanzos en Casa Manolo, vomitó y se volvió. Estas anécdotas me han ayudado a escribir la novela”.

Sobre su obra, la autora relató: “La novela nos cuenta vidas malogradas por la guerra a partir de una foto encontrada por Ernesto Santamaría. Todo se rompe y se desmorona. Está narrada en dos espacios temporales. El primero va desde el 19 de julio de 1936 hasta el 25 de septiembre de ese año. En ese tiempo los personajes tienen que asimilar la guerra y asumir que no será cuestión de días, semanas o meses. La segunda parte comienza en febrero de 1939 y muestra la incertidumbre, el miedo y el cansancio de los vencidos y el regreso de los vencedores a Madrid, una ciudad que cambió su fisonomía en unas pocas horas al entrar los nacionales en la ciudad el 28 de marzo de 1939. Muestra el ánimo de desquitarse de las penas y de los engaños con los enemigos, vengarse con ellos y desahogar la rabia castigándolos”.

Para terminar, la autora habló sobre la literatura. “La literatura ayuda a entender el mundo real, el maniqueismo se cura leyendo y el mundo se comprende sin juzgar ni justificar. La lectura nos ensancha la vida y nos prepara para afrontar la realidad si no con objetividad, porque es muy difícil, sí al menos con honestidad”.

Como siempre, en cuanto lea el libro compartiré la reseña con todos vosotros. Ahora, para ir abriendo boca, os dejo con el poema de Miguel Hernández y con la sinopsis de la novela.

Llegó con tres heridas

Llegó con tres heridas:
la del amor,
la de la muerte,
la de la vida.

Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.

Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor.

Sinopsis de Las tres heridas

Ernesto Santamaría, un escritor que lleva una vida solitaria en una eterna búsqueda de la historia que le haga pasar a la historia literaria, halla por casualidad en El Rastro la foto de un joven matrimonio, tomada el 19 de julio de 1936 en un pueblo cercano a Madrid. Ese instante recogido en la imagen y el destino de sus dos protagonistas le pone en la pista de una gran historia que narrar.

Mientras se esclarece el drama que esconde la foto, al lector se le irá desvelando la futura novela en la que dos mujeres, Mercedes Manrique, la joven que aparece en la foto junto a su marido, y Teresa Cifuentes, se hacen inseparables, interviniendo cada una a su manera en el futuro de la otra.

Los horrores de la guerra, las vidas truncadas, alteradas por la brutalidad, la perversidad, la falta de escrúpulos, el afán de venganza, la miseria, el miedo y el olvido obligado, impuesto y necesario para sobrevivir, quedan refl ejados en la novela que se va fraguando en la mente de Ernesto. Sin darse cuenta, se sumerge, poco a poco, en un abismo en el que llega a confundir verdad y ficción, realidad y sueños.

Setenta y cuatro años después, será Teresa Cifuentes la que revele a Ernesto Santamaría la historia de los personajes de la foto, convirtiéndole, indefectiblemente, en testigo del restañar de las heridas del amor, de la vida y de la muerte, cerradas por fin de la única manera posible.