domingo, 28 de abril de 2013

Estaciones de paso, de Almudena Grandes

Publicado por Goizeder Lamariano Martín

Título: Estaciones de paso
Autora: Almudena Grandes
Editorial: Tusquets
Año de publicación: 2005
Páginas: 285
ISBN: 9788483835159

Después de Las edades de Lulú, Inés y la alegría, Castillos de cartón, Malena es un nombre de tango, El corazón helado, El lector de Julio Verne y Atlas de geografía humana vuelvo por octava vez a Almudena Grandes, una de mis autoras favoritas, para mí es una apuesta segura, porque sé que voy a disfrutar con sus libros, que jamás me va a decepcionar. Y eso es lo que me ha pasado con Estaciones de paso, cinco relatos que nos hablan de experiencias emocionales vividas por adolescentes que se están asomando por primera vez a la vida adulta.

En Demostración de la existencia de Dios conocemos a Rafa, un joven que en primera persona habla con Dios en un diálogo interior, secreto, oculto, un poco avergonzado tal vez, mientras ve por televisión un partido entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, el equipo de sus amores. Lo hace en el sofá de su casa, sentado junto a su padre. Hasta aquí una situación corriente, normal, cotidiana, si no fuera porque Rafa perdió a su hermano Ramón cuando falleció a los diecisiete años de leucemia.

En ese diálogo, en el que Rafa le habla a Dios como si fuese un amigo suyo, un compañero de instituto, un colega, con un lenguaje coloquial y desenfadado, jovial en unos momentos y lleno de rabia, de impotencia y de rencor en otros, el joven le ruega a Dios que el Atlético gane ese partido. Porque él es colchonero hasta la médula, igual que su padre, igual que lo era su hermano.

Poco a poco Rafa le confiesa a Dios y al lector cómo vivieron su hermana, su padre, su madre y, sobre todo, él mismo, la enfermedad y la muerte de su hermano. A Rafa, como a cualquier ser humano, le cuesta aceptar la muerte de un ser querido. Pero en su caso el dolor, la pérdida, la tristeza, el desamparo, la soledad son todavía peores y se mezclan con la impotencia, la rabia que todos hemos sentido cuando la muerte nos golpea por primera vez.

Tabaco y negro está protagonizado por Paloma, una joven muy unida a su abuelo, con quien comparte la pasión por los toros y tienen una relación especial, entrañable, inolvidable que crece en las tardes en Las Ventas. A su padre, en cambio, no le gustan los toros, no los entiende, por eso es sastre pero no es tan bueno como su abuelo, a pesar de que los dos trabajan en una sastrería especializada en trajes de luces.

Acompañamos a Paloma en su primer trabajo, dependienta en una tienda del barrio de Salamanca en la que también trabaja su madre. Allí vivirá por primera vez la sumisión a los jefes, un matrimonio pijo, extravagante, superficial e ignorante, y la camaradería con sus compañeras.

Pero, por encima de todo, conoce a unos clientes muy especiales. Una familia adinerada, liderada por la abuela, a la que le siguen las hijas y las nietas, todas dispuestas a encontrar los mejores vestidos y complementos para la boda de una de las nietas. La relación de la inexperta Paloma con esta peculiar familia cambiará no solo a la joven, sino también afectará a sus jefes e, incluso, a su familia. Y les demostrará a todos que la juventud no está reñida con la experiencia, con la sabiduría y, por encima de todo, les enseñará que ver no es lo mismo que mirar, y al mirar no todas las personas ven lo mismo. Y que escuchar no es lo mismo que entender. Porque hay quien no sabe escuchar y quien, aun sabiendo, no entiende ni una palabra de lo que escucha.

En El capitán de la fila india entramos a formar parte de la familia de Carlos, a quien cuando era un niño todos llamaban Carlitos para distinguirlo de su primo mayor Carlos. Así, mientras en el presente Carlos ordena los papeles de la casa de sus abuelos en la calle Apodaca, en el madrileño barrio de Malasaña, antes de asistir a una reunión con sus primos para decidir si reforman la vivienda o la venden, su mente se traslada al pasado, a los veranos pasados junto a su gran familia en el pueblo, las meriendas y los cumpleaños en la casa de los abuelos en Madrid, las relaciones con sus primos.

Pero esas relaciones se han enfriado con el paso de los años, cuando los niños se han convertido en adultos y han tenido que renunciar a sus sueños, a sus ideales, quizá también a sus principios. De todo eso, de crecer, de madurar, de avanzar en la vida nos habla este relato.

El cuarto relato, titulado Receta de verano, está protagonizado por Maite, una joven que ha tenido que crecer de golpe desde que su padre sufrió un accidente en su taller mientras reparaba un coche y desde entonces vive en la cama, donde lo único que puede hacer es gruñir. No habla, no saben si escucha, qué siente, qué piensa y ya ni siquiera están seguras de quién es, porque desde luego ya no es su padre. Eso es lo que viven Maite, su hermana y su madre.

Acompañamos a Maite durante un verano en el que se ve obligado a hacerse cargo de las tareas de la casa, especialmente cuidar a su padre y cocinar. Está empeñada en preparar un puddin de atún, una receta que a su madre le salía perfecta y que a su padre le encantaba, pero que a ella se le resiste una y otra vez.

En ese verano Maite comenzará a descubrir el amor, el deseo, el sexo, el poder que las mujeres son capaces de ejercer sobre los hombres, ya sean jóvenes como ella, compañeros de instituto, o adultos como los compañeros de trabajo de su padre.

El último relato, Mozart, y Brahms, y Corelli, está protagonizado por Tomás, un joven que junto a sus amigos ha cambiado las clases por la Casa de Campo, donde pasa las mañanas junto a un funcionario que tampoco quiere saber nada de su despacho y que, al igual que ellos, prefiere pasar las horas muertas contemplando a las prostitutas.

Especialmente a una, Fernanda, la reina, la mejor, la más espectacular, la más impresionante, pero también la más simpática con ellos. Fernanda es una chica sudamericana que vive junto a su hermana Nancy. Fernanda es imponente y en cambio Nancy, aunque es más joven, parece mucho mayor que ella. Tomás en seguida se siente identificado con Nancy porque los dos están llenos de complejos por su aspecto físico.

Y en el caso de Tomás también por ser el empollón de la clase y dedicar sus horas libres a tocar el violín en vez de a jugar al fútbol. Pero el pequeño Tomás les enseñará a todos que en la vida, el que menos inexperto parece, el más tonto, el más ingenuo, puede ser el que más sabe realmente, porque en la vida todo es música y de eso Tomás sabe mucho.

Este libro está formado por relatos que hablan de adolescentes a los que les ha tocado vivir situaciones y experiencias que les han sobrepasado pero que, aunque ellos no lo sepan, acabarán superando y forjando así el adulto en el que se convertirán. Relatos que nos hablan de coraje, de relaciones familiares, de determinación, de amor, de sentimientos y, por encima de todo, de esas experiencias que por mucho que nos duelan, nos superen o no entendamos son necesarias vivir y atravesarlas, como esas estaciones de paso que debemos recorrer para llegar a nuestro destino.   

Si te interesa el libro puedes encontrarlo aquí

34 comentarios:

Andrea dijo...

He leído "Las edades de Lulú"y Ätlas de geografía humana". El primero no me gustó, quizá porque esperaba otro tipo de lectura, no a ese nivel de erotismo que ya es pornográfico. En cambio, la segunda obra de Almudena que leí, sí me gustó mucho. Lo hice en un verano, y aún recuerdo las historias de aquellas mujeres. Desconocía esta obra que hoy nos cuentas, no había visto nunca su portada y coo sé que repetiré con la autora, la tendré en cuenta.
Por cierto, seguí tu consejo y leí "Misión olvido", también de una autora compatriota tuya. Me encantó y justamente acabo de subir la resena. Besitos!

Enzo dijo...

Con las novelas de Almudena Grandes tengo un relación un poco rara, o me gustan muchísimo o las dejo de leer a medias. Reconociendo que es una gran escritora y tiene una prosa que engancha sola. Esta que recomiendas me la tomaré en serio que el argumento me gusta.
Un beso.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Andrea,

Si no sabes que Las edades de Lulú es un libro erótico es normal que te sorprenda y puede que te disguste al leerlo. Espero que si te animas te guste Estaciones de paso y te animo a leer otros libros de la autora. Me alegro de que te gustase tanto Misión Olvido. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Enzo,

Espero que al final te animes a leer esta obra y te gusten los cinco relatos, ya nos contarás. Muchos besos.

Ana Blasfuemia dijo...

Me encanta encontrarme con una reseña de Almudena Grandes, una de mis autoras preferidas. El problema que tengo con ella es que me "agota" un poco con el abuso de adjetivos, pero me encanta cómo narra la cotidianidad, o mejor dicho: lo "especial" de lo cotidiano. De Almudena Grandes no me salto ni las comas. ;)

Gracias por la reseña, un saludo

Meg dijo...

Me ha encantado la reseña, no he leído nada de ella pese a las ganas que le tengo al Lector de Julio Verne, y éste no lo conocía, me lo llevo sin dudar. Un besote!!

Dolores dijo...

Aunque reconozco que me costó entrar, ahora que le he cogido el punto me encanta Almudena, por lo tanto me alegro de que nos recomiendes esta lectura. La tendré en cuenta.

Un beso.

En busca de Mr. Darcy dijo...

Hola Goi,

Todavía tengo que lograr acabarme El lector de Julio Verne, antes de poder leer otro de Almudena Grandes. Ya sé que a ti y a Ismael os encantó, pero yo lo tengo atravesado. Estaciones de Paso me parece interesante, lo de los relatos tiene su encanto, sobre todo cuando tienes una de esas épocas de leer libros largos y apetece algo completamente diferente.

Un beso!
Inés

Tatty dijo...

todavía no he leído nada de esta autora aunque sí tengo varios de sus títulos anotados, este no lo conocía pero de momento al ser relatos lo voy a dejar pasar, al menos hasta que haya leído los que más me atraen
besos

Margari dijo...

Qué abandonada tengo a esta autora, a pesar de que hasta ahora todo lo que he leído de ella, exceptuando Las edades de Lulú, me ha gustado muchísimo. A ver si le pongo remedio pronto, que me has tentado mucho con este libro, que ya sabes que el relato me gusta mucho.
Besotes!!!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Ana Blasfuemia,

Totalmente de acuerdo contigo en lo de narrar lo especial de lo cotidiano. Gracias a ti por pasarte por aquí. Un saludo.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Meg,

Me alegro de que te haya gustado la reseña. Tienes que leer a Almudena Grandes, por suerte tienes muchos libros suyos para elegir. El lector de Julio Verne es una maravilla. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Dolores,

Espero que si al final te animas con este libro de relatos te guste, ya nos contarás. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Inés,

Con lo que disfruté El lector de Julio Verne en la playa el verano pasado y tú sin poderlo acabar. A ver si con este libro de relatos te va mejor, ya nos contarás. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Tatty,

A ver si le das una oportunidad a esta autora y te animas a descubrirla, espero que te gusten sus libros. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Margari,

Eso, tienes que ponerle remedio pronto, me alegra haberte tentado con este libro de relatos. Muchos besos.

Al calor de los libros dijo...

Como se nota que disfrutas leyendo a esta autora. A mi también me gusta, pero tengo muchos más pendientes. Empezando con "Corazón helado" al que le tengo ganas pero aún no he encontrado el tiempo necesario para esa extensa novela.
Un abrazo

albanta dijo...

Me gusta Almudena Grandes pero este libro en particular no me llama mucho la atención.

Carol dijo...

Yo tengo una deuda pendiente con la autora y es q solo he leído Las edades de Lulú que no me convenció, tengo ganas de repetir con otra de sus novelas a ver qué tal así que tomo nota de tu recomendación Muchos besos

Anónimo dijo...

aún tengo que conocerla y leer algún libro de ella...

CuEnTaLiBrOs dijo...

Aún me queda pro leer a Almudena Grandes, este libro que reseñas me parece muy buena opción, aunque supongo que primero leeré alguna de sus novelas. Besos

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Blanca,

Sí, es una de mis autoras favoritas y siempre disfruto muchísimo con sus libros. A mí también me daba pereza El corazón helado por lo largo que es, pero luego se lee sin darte cuenta, se disfruta muchísimo, un libro que sin duda te recomiendo. Otro abrazo muy fuerte para ti.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Albanta,

Si no te llama la atención, a por otra lectura. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Carol,

Las edades de Lulú es una novela erótica y si no te gusta el género, normal que no te convenciese, pero el resto de obras de la autora no tienen nada que ver, dale otra oportunidad, tienes muchos libros suyos para elegir. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Ale,

Tienes que descubrir a esta autora, ya nos contarás con qué libro lo haces y qué te parece. Muchos besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Marilú Cuentalibros,

Si te gustan los relatos, creo que este libro te puede gustar. Y si no, tienes muchas novelas de Almudena Grandes para elegir y descubrir a la autora. Muchos besos.

Marga Ramon dijo...

Tengo trabajo por delante al no haber leído nada de esta autora ni de Paul Auster, jaja. Tengo en casa "Las edades de Lulú" y "El corazón helado" y apuntadas casi todas sus obras. Estos relatos ya los tenía anotados, ahora solo falta el encontrar un ratito y elegir uno de sus libros.
Besos

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Margaramon,

Espero que pronto encuentres un hueco para Almudena Grandes, tienes muchos libros suyos para elegir y darle una oportunidad, espero que esta autora te guste tanto como a mí. Muchos besos.

María dijo...

Esta es un libro de relatos que me encantó. Soy muy fan de Almudena Grandes y sus palabras son siempre una delicia.
¡Muchos besos!

Goizeder Lamariano Martín dijo...

María,

Totalmente de acuerdo contigo, ya sabes que también me encanta Almudena Grandes y siempre es una gozada leerla, ya sean novelas o relatos. Muchos besos.

Unknown dijo...

Almudena es mi autora favorita y, además, compartimos muchas ideas. Es curioso que a casi nadie o a nadie de los que lo comentan le haya gustado Las edades de Lulú. No es que no lo entienda. Lo que me llama la atención es que, si no me equivoco, es su libro más vendido o, al menos, uno de ellos. No los he leído todos (más bien pocos, unos 4 ó 5), pero tengo esa intención. Aunque no sé dónde encontraré Mercado de Barceló, la verdad. Es lo que pasa si uno no se compra un libro cuando sale a la venta, sino que lo deja para más adelante. Esta es la primera vez que te leo, pero iré viendo qué tal está tu blog y si me gusta, trataré de seguirte. Besos.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Jose Guedes,

Bienvenido a Cuéntate la vida. Muchas gracias por tu visita y por tu comentario. Siéntete como en tu casa y vuelve a este pequeño rincón literario siempre que quieras para leer, comentar o lo que te apetezca. Almudena Grandes también es una de mis autoras favoritas, he leído ocho libros suyos y todos me han encantado. Creo que hay mucha gente que lee Las edades de Lulú sin saber que es un libro erótico y por eso se sorprende o no le gusta. Un saludo y hasta la próxima.

pecosilla dijo...

¡Por fin me paso por estas páginas!

Comencé a leer a Almudena Grandes con tan sólo 11 años porque en aquel entonces desarrolle mi condición de "buitre literario", es decir, leer todo lo que se cruzara en mi camino. Mi primera víctima fue "Modelos de mujer", un exquisito conjunto de relatos dignos de mi admiración a pesar de no haber experimentado, por aquel entonces, muchas de las experiencias vitales que se narraban en él.
La siguiente víctima fue " Atlas de geografía humana", el cual me fascinó de un modo similar.
Por suerte, no cayó en mis manos "Las edades de Lulú", y creo que si lo hubiera leído la indiferencia se hubiera apoderado de la lectura. He de confesar que hoy en día, todavía no lo he leído y espero hacerlo.

La última víctima seleccionada para este comentario fue sacrificada por mi madre cuando en el día de mi 15 cumpleaños me regaló "Estaciones de paso". A pesar de no leerlo de un tirón como había hecho con las publicaciones anteriores, me tomé mi tiempo y fue una experiencia maravillosa porque cada relato transcurrió en un año diferente de la adolescencia, hasta llegar a los 19.

Si dirijo la mirada hacia atrás me doy cuenta de que cada relato de Almudena es como un espejo en el que hay que mirarse varias veces distintos días de nuestra vida para poder dibujar una imagen de nosotros mismos que se ajuste a nuestra realidad introspectiva. Por eso, desde aquí, aprovecho a todos los lectores a releer los relatos de Almudena Grandes, porque al hacerlo, sentirán la mutación de las palabras acompañadas de su propia metamorfosis.

Finalizo este comentario con una frase del director de cine, François Truffaut refiriéndose a su filme "Los cuatrocientos golpes" (donde se trata el tema) que refleja muy bien el espíritu de este libro:

"Adolescencia: un mal momento que todo el mundo ha de pasar".

Un saludo

PS: Enhorabuena por el blog, pues escribir un rincón dedicado a la crítica literaria requiere mucho esfuerzo y dedicación pero sobretodo pasión. Me seguiré paseando por aquí.

Goizeder Lamariano Martín dijo...

Pekosilla,

Bienvenida al blog me alegro de que te guste gracias por la visita y el comentario y vuelve siempre que quieras estás en tu casa. Desde que leí Las edades de Lulú me enganché al estilo de Almudena Grandes y después de leer nueve libros suyos es una de mis autoras favoritas. Un saludo y hasta la próxima.

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